Esta semana hemos tenido una visita muy especial en nuestro colegio. El deportista paralímpico Richard Oribe, junto a su entrenador, Javier de Aymerich quisieron estar con nosotros para contarnos una increíble historia de esfuerzo y superación personal. Y para ello nadie mejor que el nadador donostiarra.
Sin tapujos, sin esconder sus limitaciones y siempre sonriendo, Richard y Javier, estuvieron con el alumnado de 2ºEP y 1ºBTO del Deutsche Schule contandoles las anécdotas de sus 25 años de vida deportiva, del duro trabajo para ser mejor cada día, de la lucha para superar cada obstaculo y de lo importante de su principal objetivo “ser feliz y estar contento con lo que haces”.
Nadie podía prever el 22 de febrero de 1974 que el pequeño que acababa de nacer con una paralisis cerebral y de quien los médicos dijeron “No va a hablar nunca. No va a andar nunca” se convertiría en el mejor nadador paralímpico de nuestro país. 6 Juegos Paralímpicos (16 medallas); 5 campeonatos del Mundo (22 medallas); 48 Récords Mundiales, 141 medallas en competiciones internacionales, así lo corroboran.
Richard recordó cómo aprendió a andar en la terraza de su casa gracias a que sus padres le pusieron unas barras para apoyarse y caminar; cómo comenzó a nadar, el lugar dónde mas feliz se sentía, y un sinfín de anécdotas que dejaron con la boca abierta a mas de uno. Pero también quiso trasladar los alumnos y alumnas del Deutsche Schule que “sean cuales sean nuestras diferencias no hay que reírse de nadie, ni apartarle, ni hacerle el vacío, sino todo lo contrario, aceptarle y ayudarle”, como hicieron sus padres con él y también Jaiver de Aymerich, su entrenador personal.
El año pasado, Richard decidió dejar la competición porque “ya no era feliz, ya no disfrutaba como antes”. Ahora sigue practicando la natación e incluso da clases a niños en un centro de San Sebastian porque asegura “es lo que mas me gusta, estar y jugar con los niños.” Ademas, ha protagonizado el documental “Richard Oribe, al otro lado de las medallas” en el que cuenta su dura pero también exitosa historia profesional.
Sin duda, nadie podra olvidar la visita de Richard Oribe y la lección de vida que recibimos de este donostiarra marcado por severas limitaciones físicas y de comunicación que ha alcanzado metas inasequibles para muchos.